El potencial de las finanzas descentralizadas en África es enorme. En todo el continente, las personas están encontrando nuevas formas de enviar dinero, comerciar activos y acceder a la economía global, evitando los sistemas tradicionales que durante mucho tiempo los han excluido. DeFi, abreviatura de finanzas descentralizadas, utiliza la tecnología blockchain para eliminar intermediarios como los bancos, haciendo que los servicios financieros sean más accesibles, transparentes y sin fronteras. Para millones de africanos que enfrentan altas comisiones de remesas, infraestructura bancaria poco fiable o inestabilidad monetaria, este cambio podría ser transformador. Pero el potencial por sí solo no es suficiente. Para que DeFi realmente se arraigue en el continente, nuestras soluciones deben ser seguras, intuitivas y escalables según las necesidades cambiantes de los usuarios.
Aunque el África subsahariana ocupa el segundo lugar a nivel mundial en adopción de criptomonedas, con Nigeria liderando el camino, la experiencia del usuario en la mayoría de las plataformas cripto sigue siendo tosca y poco intuitiva. Moverse entre monedas locales y activos digitales sigue siendo complejo para la persona promedio. Los usuarios se enfrentan a rampas de acceso fiat fragmentadas, interfaces intimidantes, curvas de aprendizaje elevadas y liquidez limitada. Estos puntos de fricción son bloqueadores sistémicos que ralentizan la adopción generalizada.
Es fácil suponer que estos desafíos provienen de un diseño deficiente del producto, pero la verdad es más matizada. También reflejan cómo está construida la Web3. Los sistemas descentralizados a menudo intercambian comodidad por seguridad y transparencia. Características como frases de recuperación, comisiones de gas, confirmaciones de red y transferencias entre cadenas existen para proteger a los usuarios y mantener la apertura de la blockchain. Sin embargo, para la persona promedio, menos experta en tecnología o para quienes se encuentran con estos conceptos por primera vez, pueden resultar abrumadores. En este sentido, la complejidad de DeFi es en parte estructural. El verdadero desafío es crear vías que preserven las fortalezas de la descentralización mientras se reducen las barreras que impiden la participación de los africanos comunes.
Esta tensión entre la complejidad estructural y la usabilidad está moldeando ahora la próxima ola de productos DeFi. A medida que más africanos intentan interactuar con sistemas descentralizados —para ahorros, remesas, trading o pagos— los desarrolladores se ven obligados a repensar lo que realmente significa la usabilidad. Las mejoras recientes en las interfaces de DeFi, desde flujos de incorporación más simples hasta un seguimiento más claro de las transacciones, reflejan un cambio hacia el diseño centrado en el humano. Estos cambios pueden parecer incrementales, pero abordan directamente los puntos débiles que alejan a los usuarios.
Al mismo tiempo, debemos aceptar que no todas las capas de DeFi deberían simplificarse en exceso. Algunas fricciones existen por una razón: para salvaguardar la autonomía, resistir la censura y garantizar que ninguna entidad controle los fondos de los usuarios. La tarea, por lo tanto, no es imitar los sistemas Web2, sino identificar qué complejidades son esenciales para la descentralización y cuáles simplemente frustran a los usuarios sin ofrecer beneficios significativos. Lograr este equilibrio es clave para fortalecer el ecosistema DeFi más amplio.
Otro elemento crucial para la adopción es la infraestructura de apoyo alrededor de DeFi. Muchos africanos todavía luchan con acceso inconsistente a internet, electricidad inestable, volatilidad de la moneda y políticas bancarias restrictivas. Sin vías confiables para depósitos y retiros en fiat, incluso los productos DeFi mejor diseñados se vuelven difíciles de usar. Por lo tanto, los desarrolladores deben mirar más allá de los ajustes de interfaz e invertir en sistemas de liquidez, rampas de acceso localizadas y capas de pago transfronterizas que reflejen cómo los africanos realmente realizan transacciones. DeFi no puede escalar en el continente sin este trabajo fundamental.
La educación juega un papel igualmente importante. A pesar de los altos niveles de curiosidad cripto en África, la alfabetización sigue siendo baja. Muchos usuarios primerizos entran en el ecosistema a través de la especulación en lugar de la toma de decisiones informada. Sin una orientación adecuada, se vuelven vulnerables a estafas en línea, desinformación y comportamiento financiero arriesgado. Líderes de opinión, fundadores y plataformas de medios deben colaborar para desmitificar conceptos como stablecoins, billeteras no custodiales y contratos inteligentes, haciendo que el conocimiento de DeFi sea más accesible y culturalmente relevante. Cuando mejora la educación, mejora la confianza, y con la confianza viene la adopción.
La regulación es otra pieza del rompecabezas. Mientras el continente todavía está definiendo su postura sobre los activos digitales, la claridad de los legisladores será crítica. Directrices claras ayudan a proteger a los usuarios, fomentan la innovación y crean un entorno donde los desarrolladores pueden operar con confianza. El objetivo no debería ser un control excesivo, sino marcos equilibrados que reconozcan tanto las oportunidades como los riesgos de las tecnologías descentralizadas. Muchos países africanos ya están explorando formas de regular los exchanges, proveedores de activos virtuales y productos financieros basados en blockchain, señalando un futuro donde DeFi puede operar más abiertamente dentro de estructuras económicas formales.
En última instancia, la responsabilidad de acelerar la adopción de DeFi en África recae en todos los que construimos en este espacio. Los desafíos de infraestructura son complejos y evolucionan constantemente. Las necesidades de los usuarios cambian, la tecnología avanza y surgen nuevas brechas cada día. Para mantener el ritmo, los desarrolladores africanos deben ir más allá de los productos superficiales y trabajar colectivamente para desarrollar las vías —capas de liquidez, billeteras intuitivas, integraciones fiat perfectas, herramientas para desarrolladores y recursos educativos— que apoyarán el crecimiento a largo plazo.
Las finanzas descentralizadas ofrecen a África más que otra herramienta de trading. Ofrecen la posibilidad de sistemas financieros inclusivos, transparentes y sin fronteras. Pero la adopción real solo llegará cuando DeFi se sienta utilizable, seguro y relevante para las personas a las que pretende servir.
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Moore Dagogo-Hart es el cofundador y Director de Tecnología (CTO) de Zap Africa, el primer exchange cripto no custodial de Nigeria. Como ingeniero de software y emprendedor, se centra en construir la infraestructura y los sistemas que impulsarán la próxima ola de libertad financiera de África.

