Tenemos ya algunas semanas en México de haber iniciado la temporada de frío. El clima invernal, poco severo por estos rumbos, hizo su aparición de forma súbita, incluso con algunos fenómenos raros como lluvias ocasionales. Desde el punto de vista de la salud pública, el grupo médico esperamos, como cada año, el repunte en el número de casos de infecciones respiratorias, mucho más comunes y de fácil trasmisión bajo estas condiciones climáticas.
Cuando las infecciones se presentan exactamente en la temporada esperada, y el número de casos es similar a las previas, hablamos de cifras endémicas, que se traduce como el número de casos esperable en una zona o región del mundo y de acuerdo a la existencia del virus de forma continua. Eso hace la diferencia con un brote epidémico, que se presenta en un número anormalmente elevado de casos y en una época fuera de la esperada. Hoy, aunque estemos hablando de una nueva cepa del virus de la influenza, la actual es A H3N2, en principio no representa ni riesgo epidémico ni posibilidad de muertes masivas, como fueron las pandemias previas.
El virus de la influenza siempre ha sido muy contagioso e, invariablemente presenta mutaciones muy frecuentes, ésa es la razón por la que los fabricantes de vacunas la tienen que actualizar cada año, con las nuevas cepas que circulan. Siempre hay un poco de retraso, pero se compensa con el efecto cruzado que nos brindan protección aún contra cepas que no estaban contempladas en el diseño de este año.
México ya está en el camino de la recuperación de todos los programas de vacunación y en el caso de la influenza y el covid, ya tenemos vacunas por todo el territorio que seguramente van a mitigar el efecto de la trasmisión de la nueva cepa de influenza, que está ya en circulación en el norte de Estados Unidos y en Europa dadas sus condiciones climáticas.
Resulta fundamental vacunar primero a la población vulnerable, es decir, a las mujeres embarazadas, a los menores de edad, a los ancianos y a quienes padecen enfermedades crónicas que puedan comprometer su salud general; una persona que está recibiendo quimioterapia es un ejemplo perfecto; es urgente vacunarla.
Está perfectamente demostrado el efecto en términos de prevención de millones de muertes por efecto directo de los programas de vacunación masivos, que resulta una responsabilidad de todas y todos aquellos que tenemos a la mano el conocimiento técnico, difundir por todos los medios a nuestro alcance la importancia de la vacunación, especialmente cuando hemos sido testigos de conductas criminales de un grupo de personas mal intencionadas que esparcen mentiras respecto de las vacunas. Hay que hablar en todos nuestros medios sociales, nuestros medios familiares y, desde luego, subrayar la importancia de la prevención entre nuestras pacientes. Aquí no caben las divisiones por opiniones políticas o filosóficas, debemos hacer un llamado unificado, fuerte y claro a la vacunación universal.


