Los tribunales federales de Estados Unidos se transformaron este 2025 en un escenario decisivo para el futuro del las políticas migratorias de Donald Trump. Más de un centenar de órdenes emitidas por el presidente republicano fueron frenadas por la Justicia, lo que evitó un impacto directo en la comunidad extranjero.
Según el rastreador judicial de Just Security, la cantidad de causas vinculadas con órdenes o acciones ejecutivas ascendió a 550 hacia fines de noviembre.
De ese total:
Las demandas vinculadas con la Proclamación Presidencial 10903 se convirtieron en uno de los capítulos más relevantes del año. La orden utilizó la Ley de Enemigos Extranjeros (AEA, por sus siglas en inglés) para habilitar la deportación inmediata de venezolanos sin estatus legal acusados de integrar el grupo criminal Tren de Aragua.
La estrategia fue cuestionada desde múltiples ángulos:
Las apelaciones avanzaron de manera paralela y ninguna instancia superior permitió su implementación plena. Además, en otro caso, la Justicia ordenó revertir la expulsión de un menor y dispuso su retorno para continuar el trámite de asilo.
Otro foco de litigios se abrió con las decisiones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) emitidas el 18 de febrero. Las directivas impulsaron la redetención y traslado de no ciudadanos a un “tercer país”, incluso sin escuchar reclamos de temor a tortura.
En paralelo, la Orden Ejecutiva 14159 amplió la remoción acelerada a quienes no demostraran dos años de presencia continua en el país norteamericano. El caso Make the Road New York vs. Noem quedó bloqueado pendiente de apelación, con excepción de los cambios sobre evaluación de temor creíble.
Las decisiones de la secretaria del DHS, Kristi Noem, generaron fuertes cuestionamientos a lo largo de 2025. La intención de cancelar el TPS para venezolanos y reducir la protección para haitianos desembocó en litigios que marcaron un hito.
Otros países también fueron afectados. Aunque un tribunal de distrito ordenó frenar la terminación del TPS para Honduras, Nepal y Nicaragua, el Noveno Circuito permitió su avance en agosto.
La Orden Ejecutiva 14160 intentó quitar la ciudadanía automática a los hijos de personas indocumentadas nacidos en Estados Unidos. Diversos estados, organizaciones y mujeres embarazadas acudieron a los tribunales.
Las demandas plantearon incompatibilidad con la 14ª Enmienda, además de objeciones bajo la Ley de Procedimiento Administrativo (APA, por sus siglas en inglés).
Los intentos de sancionar a jurisdicciones santuario provocaron un aluvión de fallos adversos.


